sho soy el cabasho por el cual la gente debería apostar

 por la noche  soñé que un viejo potus al que mi amiga había halagado al tocarlo se desprendía, sus hojas, su tallo entero se desprendían de la raíz, escribo sobre un viejo potus, con caracter ficcional, con temor a sellar sobre la realidad posibilidades, y que algún potus resulte herido, ¿no estás herido ya? este cuadro de narcisismo y paranoia esta conversación con los vegetales y los insectos se parece a aquello que juego cuando juego al póker, a la generala, a los juegos de suerte, donde a menudo considero que me va muy mal porque hay algo muy malo en mí y que actuar, cerebralmente, como una chica con suerte me sacará de este cuerpo y de este apuro

 el último tramo del invierno es como la punta de un hilo, del que al tirar se forma una especie de acordeón de tela juntada lo siento así si no me doy el recogimiento en tiempo de oscuridad sobrevendrá la luz sobre lo polvoriento, eso esa basura que ves ahí ese detalle de objetos sin uso específico amontonados que ves ahí, ? miro por la ventana y pienso en no dejar morir a mi paso una plantita que hasta hace una semana estuvo dando flores, algo, quizás mi gato, la atacó. sí me importa el recorrido de los objetos, el peso de los significados, si me importa cuidar lo ansiado aceptar lo perdido, esa importancia hace en mi cerebro una plaza de huelga, donde todo tiene que detenerse para que mi potencia de avanzar se realice