y no es bueno

combatir con la sombra
torpe de mi misma ya es difícil extraño
caminar en la parte del bosque semioscura
donde la música en mí hace
la chica de caderas anchas y piernas largas y
la chica sin cabeza la chica perdida en los
árboles cabeza cortada,

quisiera
ser la pesadilla de tu rostro en
la noche el súcubo yo
acomodarme en tu pecho eso eso hago
beber
la tierna juventud mientras en mí
las carnes d la cara se entran y me llaman
desde adentro al llanto
estoy ardida
lloro ácido
tan corrosivo que duele ya no tengo esa cadencia
que hacía
que pudiera limpiarme peinarme y andar ahora
muerdo
el costado de mi muñeca
uso
el costado de mi muñeca como pañuelo de sangre
y con el sabor
del golpe nasal
y ese aturdimiento
me encuentro a mí sola
violácea
y no es lo mismo

ya vi
lo que en mí
de mi cara queda