en el negocio inmobiliario esperé
en un sillón cuyos almohadones eran llamativamente gruesos y densos,
extremadamente cómodos y forrados con cuero vegetal? negro
el hombre d la inmobiliaria
cuya sillita con mesa de computadora se hallaba inexplicablemente casi en
el centro de la vacía habitación
con un acrílico delante como un alambrado
me habló de sus amigos del club
y de sus paseos a palermo
diciendome
está dificil
luego
hizo alusión a haber tenido unas líneas de fiebre
persistentemente durante la noche anterior y el dia
y yo asentí
entré donde dos sucesivas viejas
me pidieron mi apellido y mi nombre buscaron mi falsa factura que consiste en
una hoja de buen gramaje A4 con unos datos impresos y una firma que es un firulete en birome azul,
yo mientras tanto,
sudé un poco los residuos del movimiento,
puse diez fajitos de mil pesos
y dejé un montón de estrellitas de papel d tornasol de mi
billetera de brillitos pinchada sobre la mesa y no muy
disimuladamente
barrí con el revés de la mano todos esos brillitos
al piso
Comentarios
Publicar un comentario