no te digo que te extraño para no desconcentrarme,
hice un rico pan hoy,
yo qué sé, me gustaría
escuchar con la mente apagada el discurso de esta lluvia,
no tiene algo para decir estoy
segura de que eso es extractivo,
el jugo de las experiencias
preferiría
que estés chupando
mientras mis ojos se van para atrás,
ver en blanco
el éxtasis
el dolor de ciertas posturas
es lo más cerca que puedo estar de la muerte
como algo liberador,
no siempre
es conveniente
que golpees mis glúteos
que presiones
de la misma manera y
con la misma intensidad,
ahora
doy un paso hacia atrás
estás vos
escuchando
cuando te explico que se han caído todos los símbolos de la casa,
o más bien que interpreté simbólicamente las caídas,
el dibujo que hiciste,
el corazón de chicle que vos pegaste,
lo siento
amigo
estoy dando pasos hacia el costado
o hacia atrás, hacia distintos grados
y eso implica un círculo extraño de soledad extraña,
mira tus manos deshacer las hebras de tabaco,
sin querer rebanar una porción de piel del dedo índice,
teñir de rojo el azúcar,
cuando jugábamos
con pedacitos de piedra,
escucho música y extraño
cuando jugábamos
con pedacitos de piedra,
cuando
varonilmente te acercabas
y me sentía
feminalmente ultrajada
caen los vendajes
camino frío en los tobillos,
olor a piel en el aire,
ahora
en la época del frío y del calor comprendo
la flexibilidad e impermanencia de la vida tan solo viendo
cómo puedo tomar sol desnuda en la mañana y
casi no ver en la tarde por la niebla que hay,
el mundo se está
manifestando en su ruina y humedad y ahí está mi cuerpo
y ahí está
la casa que no fue y
la chica que fui y el cuerpo
que ya no es o lo que aún puedo ser
para vos
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