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No era tan bien como me sentía, aguardé agazapada bajo la sábana frente al viejo ventilador turbo la pequeñita iluminación que me sacase esta vez de ahí, así acostada está resultando muy difícil levantar, tuve que practicar el abandono al sueño, como he aprendido escanear sensitivamente cada detallecito del cuerpo desde la coronilla a los talones, pensaba el yoga me ha salvado? cada día de esta vida hago algo para salvarme a mí misma, hay otras personas que me salvan a mi alrededor, el sábado quería gritar decía en redes sociales en chates hagan algo por mí acaso pasarme a buscar acaso invitarme una droga nueva, no era que me sintiera bien esta tarde, adentro de casa el calor se había acumulado a puertas cerradas a postigos bloqueando el sobreiluminado sol, después de almorzar el chico que me gusta hermoso se acuesta boca arriba en mi cama se desabotona su camisa, voy a leer junto a él un capítulo de una novela parada junto a la cama lo observo es hermoso, la siesta transcurre nos decimos cosas sin forma pero yo no diría inentendibles, expresiones en media lengua balbuceo de letargo sexual, cuando se despierta es tarde tiene que irse me despierto yo también labios suaves blanditos y comibles, yo almohaditas no estoy del todo bien pero si he de balancear, en dos copas tengo los primeros jazmines blancos de la temporada, y me los trajo él de su patio, cuando fui a abrirle la puerta del pasillo luego de él al timbre llamar le dije qué traes y él respondió: jazmines. en ellos dormiré