2024s
escribir acá para mí es hoy sustraerme de unos nudos de cobre de los que pendo como una ratón que se escapa por una ventana de algún piso alto luego de atravesar un verde oscuro pasadizo
una rata eléctrica comandada por el propio cerebro y por el propio corazón cuyos dispositivos de control gastados languidecen en sonidos de alerta de pronto apagamiento y luces rojas que titilan
un circuito de cables que dan energía a un teléfono que sirve para demasiadas cosas en mi inconsciente primitivista donde me comunico aullando a un lado del bosque de hiedras por donde pasa un antiguo carril ferroviario que ahora es un hermoso adorno de hierro
el hierro adorna la tierra húmeda en un paisaje que leí sobre líquenes, y así algunas ideas dejo caer como semillitas sin demasiado rigor porque escribir acá es hoy solo tomarme un tiempo para hacerlo y entrópicamente una serie no seriada de ideas pongo aquí
en medio de esta casa o en un rincón de esta casa cuyas paredes han sido despejadas de todo lo que había puesto sobre ellas, ahora adentro de cajas que me rodean de las que ya no recuerdo qué cosas hay en su interior. escribí sobre algunas con fibrón negro su contenido. otras han sido amontonadas sin clasificar por un amigo. y amigos han pasado que me han ayudado a arrancar esta casa de mí,
una casa bonita una casa antigua la casa donde viví estos tres años
una casa alta una casa blanca antigua y con una ventilación regular
una casa donde habita un gato
una casa que me contuvo cuando quise romperme y arreglarme, como un roedor huesos partidos, como un roedor con virus
esta casa cuyos tomacorrientes alimentan aún la posibilidad de conectarme a un blog, engancharme a una red doméstica y tirar de una imaginación deshilachada de la que ahora no quiero extraer más que extractos de realidad
hay la realidad y toda la ficción que no escribí
ahora no sufro por la ficción que no escribí
y aquellas historias que vienen como moscas a convertir mi materia gris en materia fecal son ahuyentadas
importante cuando aparece un bicho interior come mierda expulsarlo
dedicarse a la nutrición y el descanso,
acomodar lo que se pueda en el interior,
visitar una web amiga, una casa amiga, una carta vieja escrita con cariño
rememorar aquellas fotos que una sola va a buscar,
después de tantos años de tenerme tan cerca, pegada a mí misma, distanciarme
yo y distanciarse quienes me quieren y a quienes yo quiero
no somos para todos los días
notalo en el útero o en el hueco donde hubo un útero o donde nunca hubo uno
notalo en los poros de tu piel
notalo en las señales de tu hígado
notalo en tu sexo y tus tetas
ni para todos los días ni para todos
y como tarjetas personales guardo gestos de vanidad alimentados por la interfaz,
tan solo porque me hacen perder el tiempo y porque ayer
en una película se desnudaban con tanta gracia
y mis clavículas asoman con elegancia mientras
me encuentro bien despeinada
gestos de vanidad
mínimos
lo mínimo oler a frutos
lo mínimo un aliento anisado
neutro
en las mañanas
caminar entre las mesas
pisando la madera
hablando con las personas a quienes debo enseñar
sin engaños
sin poses
con un liviano
pantalón
negro
con una holgada
camisa azul
que me regaló un amigo en un viaje
con los lentes límpidos
así apenas contruída
en diez minutos matinales
como estos diez minutos mediomañales
donde una ropa mojada espera ser centrifugada
un arroz espera ser enjuagado para hervir
unos garbanzos están para ser consumidos en la heladera desde anoche
mientras titila una luz roja
y titila una luz azul
y los ojos de un ratón
persiguen la oportunidad
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