sobre la detención temporal
ciertos objetos los concibo nuevos aunque estén viejos, ajados
aunque hayan pasado años,
no se trata de considerarlos aún prácticos, es un desajuste en la percepción:
siento como si hubiera sido ayer
el momento en que me fueron obsequiados
y el tiempo le pasó al colchón queen,
y yo rodé por ahí,
y el suelo le pasó a unas medias que dicen buena suerte y son iguales
a unas medias que dicen buena suerte y me regaló una amiga que también las tenía
antes de mudarse de ciudad,
recién ordenando la ropa pensé
hace cuánto te mudaste de ciudad?
hace cuántas semanas dejé de
contar las semanas que pasaban desde
algún fatídico evento,
reversionado,
elaborado,
simbólicamente asignado y luego archivado para
que
cualquier noche fría
en una charla de cigarros con amigos
bajo la luz de la luna
una anécdota salga a la luz,
algo que fue mucho en algún tiempo,
algo importante y pesado en el basurero global de la memoria,
amantes como payasos en sueños,
abuelas como máscaras,
partidos de voley del colegio
con reglas que jamás recordé,
espero
sentada en una alfombra de goma eva
que la comprensión dure para siempre como
un ajuste de plomería,
o la colocación de una placa en un lugar
donde algo ha ocurrido,
aunque sé que cada día
y cada vez y cada monstruo que abre su boca
desde mi boca
para comerme la cabeza
tendrá su espacio
deberá tener su lugar para bostezar
empañar los lentes,
translucir y extinguirse
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